La organización se pronunció luego de que se conociera la nueva maniobra del régimen para truncar el proceso que podría desplazar al dictador chavista

El Consejo Nacional Electoral, controlado por el chavismo, anunció anoche los términos para la recolección de firmas para llamar a un Referéndum Revocatorio contra Maduro. Según determinaron, el próximo 26 de enero, la oposición deberá recolectar más de 4 millones de firmas en 12 horas, cinco por minuto, para activar el proceso revocatorio contra el dictador.

Para El Movimiento Venezolano por el Revocatorio (MOVER) el proceso establecido por el CNE es impracticable y viola las propias normas dictadas por el cuerpo para regularlo.

Maduro está aterrorizado por la decidida respuesta ciudadana a nuestra iniciativa y ha ordenado a sus rectores parar en seco el desarrollo del Referéndum”, afirmó el grupo, es el principal promotor del revocatorio.

Para Mover, la determinanción es abrupta, clandestina e improvisada. “El régimen muestra una vez más su inescrupuloso rostro al planificar este crimen, angustiado por el acelerado interés ciudadano en participar en el referéndum revocatorio”, agregó en un comunicado.

Y advirtió: “Las manos manchadas de sangre por este proceso abortivo del derecho a revocar es una prueba más que tendrá que agregar la Corte Penal Internacional al expediente de violación de los derechos humanos cometidos por Maduro y su entorno”.

El politólogo Nicmer Evans y el dirigente socialcristiano César Pérez Vivas, del Movimiento Venezolano por el Revocatorio (MOVER) enviaron por correo electrónico a la sala electoral del Tribunal Supremo una solicitud pidiendo revisar la decisión del CNE.

Aunque tanto el CNE como el Tribunal son vistos por críticos y opositores como instancias cercanas y operadoras de decisiones del régimen, Pérez y Evans dijeron en una conferencia de prensa online que utilizarían los recursos legales disponibles para ejercer su derecho constitucional de pedir un revocatorio.

El CNE “esta cerrándole la posibilidad de manifestarse” a los venezolanos, dijo Pérez. “Lo ocurrido anoche es una demostración que el señor Nicolás Maduro no quiere contarse” en una consulta popular.

Indicó que no convocarán a la población a firmar el 26 de enero porque “es físicamente” imposible conseguir el objetivo de 4,2 millones de firmas en todo el país con sólo 12 horas de plazo y 1.200 centros, cuyas ubicaciones aún se desconocen.

Según firmas encuestadoras 7 de cada 10 venezolanos manifiesta su deseo de un cambio, mientras el referéndum es un instrumento que contempla la Constitución para revocar el mandato de un funcionario que haya cumplido la mitad de su período.

LOS CUESTIONAMIENTOS

“¿Cuál es el miedo, #Maduro? Ni unas firmas permites (…). La dictadura ni la forma cuida”, escribió en Twitter el dirigente opositor Juan Guaidó, al cuestionar las condiciones fijadas para la recolección de rúbricas.

“Resulta una bufonada anunciar (…) 1.200 centros de recaudación de manifestaciones de voluntad para que 20 millones de ciudadanos puedan ejercer su derecho. Eso es como colocar 1.000 litros de agua en un recipiente de 5 litros”, criticó César Pérez Vivas, uno de los promotores del revocatorio contra Maduro.

“No es factible. Se tendrían que procesar cinco electores por minuto, por 12 horas, en todas las máquinas del país, sin margen de error”, indicó el rector del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela Roberto Picón en su cuenta de Twitter. Asimismo, señaló que no hay tiempo para notificar a los ciudadanos los puntos de recolección de las firmas, que se definirán este fin de semana.

“El proceso se llevará a cabo sin auditoría del software que garantice integridad e inviolabilidad del proceso, sin tiempo para nombrar testigos en los 1.200 puntos, sin medidas de bioseguridad. De haber convocatoria, habría colas de 300 personas en pleno pico de ómicron”, añadió Picón. Por todo ello, el rector apostilló que salvó su voto (se abstuvo) ante este proceso porque “no es factible”.

Ya la oposición intentó sin éxito convocar en 2016 un revocatorio contra el primer mandato de Maduro (2013-2019), previo a su reelección en 2018 en votaciones que sus adversarios calificaron de “fraude” y que fueron desconocidas por Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de América Latina. El único revocatorio que prosperó lo enfrentó el fallecido ex presidente Hugo Chávez en 2004 y salió airoso con aplastante victoria de casi 20 puntos de ventaja.

“No solo están negando el revocatorio de hecho, sino enterrando todo el esfuerzo que gobierno y CNE venían haciendo, incluso sacrificando Barinas, para lavarse la cara. Una maniobra demasiado burda”, opinó el analista Benigno Alarcón, refiriéndose a la repetición de las elecciones de gobernador en la tierra natal de Chávez, el 9 de enero, ganadas por la oposición.

El CNE fue reestructurado el año pasado como fruto de una negociación que abrió espacio a autoridades próximas a la oposición, aunque sigue controlado por el chavismo.

 

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