Por tráfico de influencias diputados expulsan a Carlos Portillo del Congreso. Ahora el mismo ya es comun.
La Cámara de Diputados aprobó por 61 votos el pedido de pérdida de investidura del diputado Carlos Portillo por uso indebido de influencias, un voto en contra, 4 en blanco y 14 ausencias luego de darse a conocer audios en los que supuestamente estaría negociando varios cargos públicos. Por primera vez en la historia se expulsa a un integrante de este cuerpo colegiado.
En su descargo, el diputado hizo referencia a la falta de tiempo para preparar su defensa ante las acusaciones en su contra. Fue el diputado colorado Ramón Romero Roa quien presentó los alegatos en contra para que el planteamiento sea estudiado ante el pleno.
De manera rápida los diputados aprobaron que sea estudiada la propuesta de expulsión en una sesión extraordinaria, en la cual se activó el proceso para la pérdida de investidura. El pleno votó y convocó a Portillo a dar su descargo a otra sesión extraordinaria, que estuvo marcada para las 14:30 de este miércoles.
Por su parte, el diputado colorado Romero Roa daba a entender que las circunstancias no iban a cambiar en 48 horas porque los audios están en todo el territorio nacional y la decisión está tomada. De esta forma, prosiguió el tratamiento oficial de la pérdida de investidura en el marco de una sesión extraordinaria.
Audios
Entre los audios que le costaron la banca a Portillo se escucha referirse a un diputado que le estaría pidiendo dinero a cambio de lograr nombrar a alguien en la función pública. También mencionó al presidente de Diputados, Pedro Alliana, pero este se desligó del hecho aclarando que no se realizan nombramientos, sino más bien desprecarizaciones.
En otro de los audios se mencionaría al senador Fernando Silva Facetti, donde presuntamente estaría influenciando a favor de candidatos en la Defensoría Pública, teniendo en cuenta su cargo como presidente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Para Portillo era un audio de pésima calidad que se trató de incluir otros sonidos para desvirtuar la atención e implicarlo en un supuesto negociado que nunca ocurrió, alegó
LA NACION