El canto de los pajaritos, la lluvia cayendo y el fluir de un arroyo son algunos sonidos relajantes que nos producen calma interior gracias a su efecto restaurador en nuestra mente.
Los sonidos que expresa la naturaleza se denominan paisajes sonoros y alteran físicamente las conexiones de nuestro cerebro, lo que reduce el estrés y mejora nuestro bienestar, según un estudio científico publicado por la revista Scientific Reports.
El entorno verde habla por sí mismo a través de una colección de sonidos compuesto por fuentes biológicas como el canto de los pájaros, sonidos geofísicos que son la lluvia y el viento, y los sonidos antropogénicos que se refiere al ruido de la carretera y el tráfico aéreo.
Escuchar estos sonidos y contemplar la naturaleza impactan de forma positiva en nuestra salud mental, ya que relajan el cuerpo y la psiquis. Para confirmar sus causas fisiológicas, un equipo de investigadores desarrolló un estudio científico utilizando escáneres cerebrales, monitores de frecuencia cardíaca y experimentos de comportamiento.
Beneficios del paisaje sonoro
La investigación concluyó que estos sonidos reducen los dolores emocionales, disminuyen el estrés, mejoran el estado de ánimo y potencian el rendimiento cognitivo. Los sonidos del agua fueron más efectivos para mejorar las emociones positivas y los resultados de salud, mientras que los sonidos de los pájaros combaten la ansiedad y el enojo.
La conexión entre el cerebro, el cuerpo y el ruido de fondo también actúa sobre las frecuencias cardíacas e indica cambios en el sistema nervioso autónomo y el sistema de órganos. De esta manera, se mejoran ciertos procesos involuntarios como la respiración, presión arterial, temperatura, metabolismo y digestión.
Los expertos descubrieron que la actividad en la red de modo predeterminado del cerebro, un área involucrada en el estado de vigilia llamado libres de tareas y otro de divagación mental varían según los sonidos de fondo que se reproducían.
La investigación puso a prueba escuchar sonidos artificiales y cómo estos se asocian con patrones de atención centrada en el interior, mientras que los sonidos de la naturaleza provocan una atención más focalizada en el exterior.
La atención centrada en el interior puede incluir preocupaciones sobre aspectos puntuales de uno mismo, factores que se relacionan con condiciones que involucran estrés psicológico e incluye depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático.
También se detectaron ligeras diferencias en la frecuencia cardíaca, lo que indica un cambio en la respuesta del sistema nervioso autónomo del cuerpo. Los sonidos de la naturaleza se asocian con una disminución en la respuesta simpática del cuerpo, lo que causa sensación de “lucha o huida” y un aumento en la respuesta parasimpática, la que ayuda al cuerpo a relajarse y funcionar en circunstancias normales y, a veces, se refiere como la respuesta de “descanso-resumen”.
¿Cómo incorporar estos sonidos en tu vida diaria?
Una caminata en un entorno natural, unos minutos de escape, salir al aire libre durante los descansos o escuchar los sonidos de la naturaleza a través de plataformas streaming como Spotify o Youtube durante su jornada laboral son algunas sugerencias.
En el estudio, los participantes se desempeñaron mejor en las “tareas de atención” cuando escuchaban sonidos que se consideraban familiares en comparación con los desconocidos, es decir, que encontrar ese paisaje sonoro de fondo ideal también podría ayudar a promover un mejor descanso.
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