Trabajadores con abrigos gruesos trasladan cajas de flores de una cámara frigorífica a un contenedor refrigerado.
Una vez empacadas, estas flores viajarán cientos de kilómetros por carretera, en un contenedor especial de «atmósfera controlada», desde Nairobi, capital de Kenia, hasta la costa.
A su llegada al puerto marítimo más grande del país africano, Mombasa, el contenedor se carga en un barco para un viaje a Europa de unos 30 días.
A pesar de su largo viaje, todavía se venderán a los compradores europeos con una vida útil de alrededor de una semana.
¿Cómo es esto posible?
La partida
«Las flores se mantendrán a una temperatura de 0,5 grados centígrados durante todo el viaje», dice Elizabeth Kimani, gerente de calidad y estándares de Sian Flowers.
Además de controlar la temperatura, el sistema de atmósfera del contenedor reduce el nivel de oxígeno del 20 al 4 %, mientras que aumenta el nivel de dióxido de carbono del 0,4 al 4 %.
Esta tecnología forma parte del elaborado proceso de conservación de las flores durante el mayor tiempo posible.
«A través de este [sistema] se detiene toda la actividad en las flores que, como resultado, entran en latencia», dice Kimani, explicando que las flores se ponen a dormir.
Un sofisticado sistema de seguimiento permite al personal de la naviera controlar la temperatura, el oxígeno y los niveles de CO2 durante todo el viaje.
Pero las flores destinadas a un viaje tan largo necesitan una atención especial para prepararlas tan pronto como se recogen.
«Las recolectamos temprano en la mañana, cuando todavía está fresco y serán las primeras en ir a la cámara frigorífica», explica Linda Murungi, de Sian Flowers.
Las rosas recién cortadas, por ejemplo, se sumergen en una mezcla química para protegerlas del hongo botrytis.
Después de eso, los tallos se ponen en baldes para absorber una solución de hidratación para que puedan sobrevivir los 30 días sin agua.
También se ponen en una solución que frena la hormona del crecimiento, el etileno, que provoca el envejecimiento de las flores.
Una vez que se completa ese proceso, las flores se empaquetan en cajas de cartón con orificios en la parte superior e inferior, que permiten que circule el aire del sistema del contenedor.
Los exportadores
Kenia se ha convertido en uno de los mayores exportadores de flores del mundo gracias a su ubicación ecuatorial, grandes altitudes y mano de obra relativamente barata.
Compite por el dominio en el mercado con Colombia y Ecuador.
Durante años, los dos países latinoamericanos han estado exportando alrededor del 10 % de sus flores por transporte marítimo a América del Norte y Europa.
Como estas flores están en el mar por un período de tiempo mucho más corto, las empresas que exportan desde América Latina no utilizan atmósferas controladas ni tratamientos posrecolección.
Los exportadores de Kenia, sin embargo, deben tener mucho cuidado.
No existe una ruta de envío directa a Europa, en cambio, los contenedores se transfieren en Medio Oriente desde embarcaciones más pequeñas a otras mucho más grandes.
«Todos los procesos relacionados con el transporte marítimo requieren una precisión extrema: no hay lugar para atajos», dice Jeroen van der Hulst, director ejecutivo de la consultora FlowerWatch.
«Un error y tus flores podrían llegar como abono a Europa», agrega.
El complejo viaje de las flores de Kenia implica un mayor riesgo de retraso, ya que los contenedores ocasionalmente pierden su ventana de transferencia.
El puerto de Mombasa también ha sido conocido por los retrasos y la burocracia.
Otro desafío es que también carece de la llamada «línea verde» para productos perecederos: las flores tienen que hacer cola con todos los demás contenedores.
Los cambios
Debido a estos desafíos, los productores de flores de Kenia, en el pasado, desconfiaban del transporte marítimo y preferían transportar sus flores por aire, pero cambiaron durante la pandemia.
Según Harm-Jan Mostert, gerente comercial para África de Royal FloraHolland, la compañía holandesa detrás de la planta de flores más grande del mundo, los agricultores vieron cómo el precio del flete aéreo se disparaba de alrededor de US$1,80 por kilo en enero de 2020 a alrededor de US$2,80 por kilo en junio de 2022.
La situación del transporte se volvió tan difícil que algunos productores incluso recurrieron a destruir partes de su cosecha.
«Solo este año, más de 300 contenedores con 10 toneladas de flores cada uno han sido exportados desde Kenia por mar», dice Van der Hulst.
«Eso es un ahorro sustancial de 30 aviones de carga completa», agrega.
Además de ser más barato, el transporte marítimo puede reducir las emisiones de carbono entre un 84 y un 95 % respectivamente, según un estudio financiado por el gobierno de Reino Unido en 2021.
Aunque, claramente, si te preocupa la huella de carbono de las flores cortadas, probablemente sea mejor comprar un ramo de temporada cultivado cerca de casa.
Nuevas variedades
Caminando por su invernadero en Naivasha, Robin Letcher, de Royal De Ruiter East Africa, le explica a la BBC que los cultivadores de rosas también están tratando de desarrollar nuevas variedades.
«Esta variedad, por ejemplo, tiene pétalos más firmes que son menos sensibles a la botrytis [hongo], lo que es bueno para el transporte marítimo», dice, señalando unas rosas rojas.
En el futuro, esto podría reducir potencialmente la necesidad de productos químicos durante los tratamientos posteriores a la cosecha, aunque podría llevar entre siete y 10 años desarrollarse con éxito, por lo que «es algo a largo plazo», añade.
A muchos productores de flores les produce nerviosismo cambiar al transporte marítimo.
«Un error estúpido, una huelga en un puerto o el mal tiempo realmente pueden causarle problemas al transporte marítimo», explica Letcher.
El año pasado, por ejemplo, un contenedor fue accidentalmente a Singapur.
«[Finalmente] llegó a los Países Bajos después de 53 días. Entonces, todas las flores tuvieron que ser destruidas, lo que fue un desastre para los productores», dice.
Los productores también deben lidiar con la percepción en la industria de que las flores enviadas por mar tienen una vida útil más corta, particularmente en la subasta de flores más grande del mundo en Países Bajos.
Los clientes no notan mucha diferencia, según Kimani, quien dice que las flores del transporte marítimo son indistinguibles de las flores del transporte aéreo, y agrega que algunas de sus rosas incluso viajan mejor por mar que por aire.
«Aunque el transporte aéreo solo demora alrededor de 12 horas, a veces hay altas temperaturas durante el viaje… lo que obviamente tiene una influencia negativa en las flores», explica.
«Sin embargo, con el transporte marítimo, nuestras flores están continuamente en estado latente», agrega.
La logística de trasladar estas flores no es una decisión sencilla, ya que los precios cambian constantemente.
Pero a más largo plazo, Moster pronostica que el transporte marítimo representará al menos el 20 % de las exportaciones de flores de Kenia, un sector con un valor de US$934 millones al año.
Fuente: BBCMUNDO
Las rosas recién cortadas, por ejemplo, se sumergen en una mezcla química para protegerlas del hongo botrytis.
Después de eso, los tallos se ponen en baldes para absorber una solución de hidratación para que puedan sobrevivir los 30 días sin agua.
También se ponen en una solución que frena la hormona del crecimiento, el etileno, que provoca el envejecimiento de las flores.
Una vez que se completa ese proceso, las flores se empaquetan en cajas de cartón con orificios en la parte superior e inferior, que permiten que circule el aire del sistema del contenedor.