“Estaba en conflicto con una gran tristeza y un sentido de celebración cuando me enteré del fallecimiento de Sir Sidney Poitier”, dijo Chester Cooper, el viceprimer ministro de Bahamas, este viernes en su página oficial de Facebook, al anunciar el fallecimiento de la primera gran estrella afroestadounidense de Hollywood, a los 94 años de edad.
“Tristeza de que ya no estaría aquí para decirle lo mucho que significa para nosotros, y celebración de que hizo tanto para mostrarle al mundo que los que vienen de los comienzos más humildes pueden cambiar el planeta”, destacó. Poitier, que tenía doble nacionalidad -estadounidense y bahameña-, era “un ícono, un héroe, un mentor, un luchador, un tesoro nacional”.
“Lo extrañaremos profundamente, pero el suyo es un legado que nunca se olvidará”, acotó el funcionario. Poitier estaba casado con su segunda esposa, Joanna, desde 1976 y tenía seis hijos, así como numerosos nietos y bisnietos.
Actor ejemplar y pionero
Estrellas de Hollywood como Whoopi Goldberg, Viola Davis y Tyler Perry encabezaron emotivos homenajes cuando se conoció el deceso del actor. “A Sir … con amor. Sir Sidney Poitier R.I.P. Nos mostró cómo alcanzar las estrellas”, escribió Goldberg en su cuenta de Twitter.
Viola Davis (“Doubt”, “Fences”, “The Help”), también ganadora del Óscar, dijo que “la dignidad, la normalidad, la fuerza, la excelencia y la pura electricidad de Poitier (…) nos mostraron que nosotros, como negros, ¡importamos!”
“No hay hombre en este negocio que haya sido más una estrella Polar para mí que Sidney Poitier”, aseguró por lado el escritor, actor y comediante Tyler Perry (“Star Trek”, “Vice”, “Gone Girl”, entre otras), también afroestadounidense.
“Abrió un camino tremendo para actores como yo. Siempre estaré agradecido”, dijo el veterano actor y escenógrafo negro Colman Domingo (“Fear The Walking Dead”, “Lincoln”, “El mayordomo”, entre otras).
De la pobreza al estrellato
Nacido en el estado sureño de Florida en 1927, donde su padre agricultor de tomates vendía sus productos, el joven Sidney y su familia se mudaron de regreso a las Bahamas, donde creció en la pobreza. Probó de joven incursionar en el cine de su isla caribeña antes de abandonar la escuela a los 13 años y regresar a Miami cuando tenía 15 para unirse a su hermano Cyril, allí afincado.
Luego se mudó a Nueva York, donde trabajó como lavaplatos y ayudante de camarero y afrontó una vida dura durmiendo incluso en baños pagos de estaciones de autobuses. Luego se sumó al Ejército durante la II Guerra Mundial como fisioterapeuta y después retornó a la “Gran Manzana” para volcarse de lleno a la actuación.
El actor se convirtió en la primera estrella negra nominada a un premio de la Academia con “The Defiant Ones” (Fugitivos) de 1958 y, seis años después, fue el primero en ganar el Óscar al mejor actor por su papel en “Lilies of the Field” (Los lirios del valle) de 1963.
Al recoger su premio histórico, Poitier le dijo a la audiencia de contemporáneos principalmente blancos que para obtener esta distinción había recorrido “un largo viaje”. Treinta y ocho años después otro actor negro, Denzel Washington, igualó su logro en esa misma categoría.
“Siempre estaré siguiéndote, Sidney. Siempre estaré siguiendo tus pasos”, dijo Washington en 2002 al recibir el premio de las manos de Poitier, reflejando las opiniones de una nueva generación de profesionales negros o ‘Black A-listers’.
Poitier alcanzó la popularidad generalizada con una serie de papeles innovadores en un momento de gran tensión racial en Estados Unidos en las décadas de 1950 y 1960. Equilibró el éxito con el sentido del deber de elegir proyectos que abordaran el fanatismo y los estereotipos, incluidos sus clásicos de 1967 “Adivina quién viene a cenar”, “En el calor de la noche” y la memorable “Al maestro con cariño”.
Fue galardonado con un Óscar honorífico en 2002 por sus “actuaciones extraordinarias” en la pantalla grande y su “dignidad, estilo e inteligencia” fuera de ella. En televisión, personificó a íconos de la historia como el primer presidente negro de Sudáfrica, Nelson Mandela, y al primer juez negro de la Corte Suprema de Estados Unidos, Thurgood Marshall.
Ya en 1997, asumió un cargo ceremonial como embajador de las Bahamas en Japón. Además, fue galardonado con la Medalla Presidencial de la Libertad, el mayor honor civil de Estados Unidos, de manos del propio presidente demócrata Barack Obama, el primer mandatario negro de Estados Unidos.
Fuente: AFP.