El Catecismo de la Iglesia Católica señala que el purgatorio es una “purificación final” que deben atravesar para llegar al cielo todos aquellos “que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación”.
Sin embargo, esta realidad necesita ser mejor explicada te presentamos siete datos que debes conocer sobre su propósito.
1. Su existencia es mencionada en la Biblia
En diversos pasajes de la Biblia se encuentran referencias al purgatorio, como en los evangelios de Mateo (12, 32); Lucas (12, 59), y en la Primera Carta de San Pablo a los Corintos (3, 15).
2. Se puede ofrecer una indulgencia por un alma del purgatorio
La Indulgentiarum Doctrina señala en su norma 15 que un católico puede obtener una indulgencia plenaria por un difunto “en todas las iglesias, oratorios públicos o —por parte de quienes los empleen legítimamente— semipúblicos” y siguiendo las condiciones habituales de confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa.
Cada 2 de noviembre se celebra la Fiesta de los Fieles Difuntos y ese día se puede obtener una indulgencia plenaria para el alma de un ser querido, familiar o amigo.
3. Las almas del purgatorio pueden ser intercesoras
Santa Catalina de Siena decía que las almas del purgatorio que han sido libradas de sus penas nunca se olvidarán de sus benefactores en la tierra e intercederán por ellos ante Dios. Además, cuando esa persona llegue al cielo, ellas saldrán a recibirlo.
Además, sus plegarias protegen a sus amigos de los peligros y los ayudan a superar dificultades. Santa Catalina de Bologna dijo en una ocasión: «He recibido muchos y grandes favores de los Santos, pero mucho más grandes de las Santas Almas (del purgatorio)».
San Juan Masías era otro santo que tenía una gran devoción por las almas o ánimas del purgatorio y con sus oraciones, especialmente el Rosario, logró liberar a un millón cuatrocientas mil según él mismo afirmaba tras una revelación divina.
Como retribución, obtuvo extraordinarias y abundantes gracias y ellas lo consolaron en su muerte.
4. Los santos escribieron oraciones por las almas del purgatorio
San Nicolás de Tolentino es conocido como el patrono de las almas del purgatorio porque en vida los fieles le pedían que rezara por los difuntos debido a las conversiones que obtenía. Otros santos que escribieron plegarias para obtener la liberación de las almas del purgatorio fueron San Agustín y Santa Brígida.
5. Una santa pudo ver el purgatorio
Santa Faustina Kowalska recibió la gracia de ver el purgatorio, el cielo y el infierno. Ella cuenta que una noche su ángel de la guarda le pidió que la siguiera y se encontró en un lugar lleno de fuego y almas sufrientes.
Ella les preguntó qué era lo que más las hacía sufrir y las almas le contestaron que era sentirse abandonadas por Dios. Cuando salió, escuchó que la voz del Señor que le dijo: “Mi Misericordia no quiere esto, pero lo pide mi Justicia”.
6. La Virgen María consuela a las almas que están allí
En su visión sobre el purgatorio, Santa Faustina Kowalska notó que la Virgen María visitaba a las almas que estaban allí y escuchó que estas la llamaban “Estrella del Mar”.
Por otro lado, la Madre de Dios le reveló a Santa Brígida que “no hay pena alguna en el Purgatorio que, mediante mi auxilio, no se vuelva más suave y más fácil de soportar”.
7. Existe un museo que recoge 15 pruebas sobre la existencia del purgatorio
En Roma (Italia), cerca del Vaticano, se encuentra el Museo de las Almas del Purgatorio que está dentro de la Iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio. Fue creado en 1897 por el P. Víctor Jouët, un sacerdote francés misionero del Sagrado Corazón.
Allí se exhiben 15 testimonios y objetos, como libros y vestimentas, que probarían las “visitas” de estas almas a sus seres queridos para pedirles que recen por ellas.