El Real Madrid hizo bueno en Anfield el resultado de la ida de los cuartos de final de la Champions League, con un empate sin goles ante el Liverpool tras el 3-1 del Alfredo di Stéfano, que le da acceso a las semifinales en las que se medirá al Chelsea.
Renunció a todo el Real Madrid en Anfield. Al ataque, al gol, a matar la eliminatoria. A todo, menos al tesoro más preciado, la clasificación para unas semifinales que lo devuelven al camino de la gloria Europea con el sufrimiento de una noche de perros ante el Liverpool (0-0).
Las semifinales, las primeras en tres años, sitúan al club de Chamartín como el equipo con más presencias en esta ronda de la historia y le medirán a un Chelsea en continuo crecimiento.
Agencia EFE.